Cuando presentas un proyecto, rellenas muchos papeles en blanco, donde reflejas tus ideas. De algún modo es tu utopía plasmada, tus ansias, tu forma de contribuir en esta sociedad para hacer un mundo mejor. A veces tienes la suerte, o el conocimiento necesario, de obtener la aprobación y con ello el presupuesto para desarrollarlo. Cuando estàs en esta parte del proceso toca disfrutar, porque pronto tocará justificar y sin duda es la parte màs fea del ciclo, pero muy necesaria si no quieres tener problemas y más aún si pretendes repetir.
Ahora estamos aquí en Malta, haciendo realidad que jóvenes aprendan, hablen de sus emociones y conozcan estrategias para controlarlas, de la mano de grandísimas profesionales. Y una piensa, lo qué hubiera dado yo porque alguien me hubiera dado esta oportunidad a esa edad! Entonces todo el esfuerzo, todos los sacrificios, recobran sentido, pues este es el modo que he encontrado para ayudar a esta generación, de contribuir con la sociedad y con el desarrollo de mi municipio desde el àmbito privado.
Quién dijo que aprender es aburrido?